Jorge Montealegre
(Chile, 1954)

 

MI PADRE BAILÓ CON POLA NEGRI EN PUERTO VARAS

 

Con un tigre la polaca se metió en el corazón del chilote
como si mi padre fuera un Gran Hotel
y no un gato marino maullando en la Fiesta de la Primavera.

 

En el pecho la gringa le talló con pestañas un recuerdo:
su guiño,
nada más que un abrir y cerrar de ojos en el sur de Chile.

 

Mi padre no era Rodolfo Valentino
pero bailó con Pola Negri en Puerto Varas.

 

Repetida esta herencia, la historia podría ser mejor.

 

EL ÁNGEL SEPIA

 

Las piernas más bellas del mundo serán un recuerdo prestado
para quien no tenga una sombra ronca que le siga
tocando el acordeón con un frac insinuante

 

El ángel azul era una abuela glamorosa
cuando bajó hasta el centro de Santiago
en el año mil novecientos cincuenta y nueve

 

Yo tenía cinco años: todo un héroe en la selva del patio de mi casa
Mi padre, un galán
que suspiraba por la rubia en el teatro
Pero yo no recuerdo a esta señora. Sólo conozco
añoranzas de plástico, afiches, y sus pómulos pálidos
en las páginas de la revista Ecran

 

                              *

 

Sentada en el barril, levantando su pierna
la Dietrich es un mito con sombrero de copa
el portaligas
de una anciana encerrada tras un vidrio empañado: una musa
venerable
refugiada en los Campos Elíseos

 

Gira Lili Marlene como un remolino en su victrola
donde cada surco es una trinchera que da vueltas
avivando a los veteranos de Hollywood y del infierno

 

                              *

 

               Todavía tengo una maleta en Berlín
canta
desde un exilio que mutila con bombas de tiempo

 

 Pasaron las tropas, los juicios, la jauría de soldados. El reloj
señala otra época en la Alexanderplatz
La puerta de Brandenburgo deja pasar un siglo con olor a cenizas

 

        pero la diva no vuelve a su barrio sin murallas

 

                              *
La viuda se queda leyendo a Rilke frente al arco de triunfo

 

"Murió sola -dicen los cables- cuando miraba el álbum familiar"
como en una butaca mirándose a sí misma

 

                           Sola
mientras los bisnietos le escriben poemas
a sus piernas de ángel sepia: los bastones más bellos del mundo.

 

MADONNA 

 

Con ese micrófono inalámbrico
podría ser una telefonista escuchando al presidente
o una hechicera
lanzando al mar una burbuja negra: el eco de una pompa antigua

 

Teje en la gruta su propio corpiño, cortando la oscuridad
con los hombros desnudos de una llama blanca
que se apaga y arde como La Madonna de Munch

 

Negra la ceja es un paréntesis abierto en un recodo marino
El pestañeo, la mano de un náufrago enterrándose en su piel
de pincoya latina

 

En remolino los hombres entran y salen volando de sus ojos
Navegantes con una caracola en cada oreja para escuchar el canto

 

                           *

 

El único que la vio fue Homero
cuando el video-clip era una cinta con olor de algas en sus manos
(¡sedúceme, Circe, susurrando!)
Con boca de lamento y de lamido nos convoca lomo al aire
sabiendo que no repta la mujer que se arrastra como una pantera

 

  Vía satélite la diva canta y encanta con su escote brillante

 

Nos castiga: de un varillazo mágico nos vuelve puercos
una galería en celo
un aullido que viola su corset de abuela renacida

 

Somos el coro edípico de la madrona que nos canta, la madrastra
que siempre quisimos revolcar en el chiquero

 

En el embrujo del show su brasier es un brasero, una tenaza
al rojo
para castrar a los chanchos

 

    Circe nos humilla desde el fondo del tiempo y de los sueños
Nos tiene a gatas en una porqueriza
transformados en criaturas de pecho abriendo los ojos, lechones
mirando un video-clip

 

El único que la vio fue Homero, recorriéndola como a un sargazo.

 

                              *

 

Con botas go-go, tacos de aguja o descalza como una Isadora
podría ser una telefonista de Michigan
bailando a medianoche con Ulises

 

Hila su memoria con ruecas del Mediterráneo. Sus deseos los teje
con lana de oveja descarriada

 

Madonna Ciccone se masturba con la bandera del sueño americano
Explora su pálida playa quemándose en su hoguera
mientras le apunta un voyerista con el control remoto

 

Se vuela con los ojos cerrados y vuelve a las grutas de Circe
como una bruja teñida en Nueva York

 

Platinada, espera el retorno de su canto y la respuesta
de la rubia que mira en el espejo

 

Tiene fax en su limusina
y bajo las sienes los fonos de una línea libre
para cuando la llame
Marilyn Monroe.

 

LAGOS CONGELADOS

 

                    (A Sonia Guralnik)

 

Bajo un cielo de hielo nada la poesía
eterna en su escondite como si no existiera

 

Recibe los temblores de un tragaluz herido
y sube deslumbrada por el ojo del mundo

 

La hipnotizan preguntas de acero, diminutos
arpones que se entierran buceando en las palabras.

 

Cogen su boca de asombro y se agita el poema
como una trucha recién pescada en la memoria.

 

ALTA POESÍA

 

Todos los vecinos de mi barrio duermen siesta,
pero hay chicos que golpean puertas fastidiando:
piden pan y no dejan
escribir los mejores poemas sobre el hambre.

 

(De Exilios).

 

PAREJA

 

Krupskaya y Vladimir Ilich
se reunen clandestinamente

 

Como burgueses comen hamburguesas
y se preguntan qué hacer

 

ahora que Moscú tiene Mc Donald's

 

BANQUETE

 

Nunca estuve en la lista
de invitados al banquete de los dioses

 

Pero la puerta de servicio estaba entreabierta
y entré
mirando hacia atrás, como retrocediendo

 

Estuve en el banquete con los dioses

 

Comí las sobras
que dejaron los perros debajo de la mesa.

 

DIBUJOS ANIMADOS

 

Me pierdo en las manchas de una vaca sagrada
como los beatles animados se caen
en los hoyos del submarino amarillo
Y qué quieres que me diga, en el espejo: para irte
dibuja tus propias puertas, tu fosa, tus rincones.
Descubre la entrada al subterráneo
que la pantera rosa pinta para escapar del policía
Pesca tus respuestas como el gato Félix: usa de anzuelo
el signo de pregunta.
Dibújate como quieras. No te quedes en blanco, píntate de blanco. Llena el silencio con tu propio silencio.
Borra con migas solamente las rayas que te hicieron en el traje
y atraviesa el planeta por el túnel que nace de tu cárcel
Recuerda
que en nuestro mundo la cigarra toca el violín con un serrucho
y no somos personas ni personajes
Somos dibujitos animados
rayados
caricaturas de un original que nunca conocemos.

 

LA GUITARRA DE DIOS

 

A la memoria de Víctor Jara

 

Lo dejaron en la línea del tren junto a otros durmientes
donde nadie pudiera reconocerlo

 

pero sus padres lo miran desde arriba

 

el hijo
siente los rieles que regresan al sur, las cuerdas
de una guitarra fabulosa

 

Y se ve tan pequeño
afinándola
para que dios lo acompañe en su próximo canto.

 

(De Astillas).

 

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